Científicos de la NASA descubrieron el planeta más pequeño nunca antes visto que se encuentra fuera del sistema solar y fue bautizado con el nombre del telescopio espacial que lo divisó: Kepler-10b.
Según ellos, se trata de un planeta rocoso que -aunque se parece a la Tierra- difícilmente pueda albergar vidas. Su órbita está tan cerca del sol, que las temperaturas de su superficie pueden sobrepasar los 1.000 grados.
Los investigadores aseguran que se trata de un logro significativo en la búsqueda de planetas similares a la Tierra.
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