
Si bien mucho se ha enfocado en la pubertad y adolescencia como la etapa donde se requiere especial atención, hablar sobre sexualidad en los primeros años de la niñez resulta aún más difícil y en ello nos detendremos un poco.

Durante los primeros años, especialmente hasta los cinco, se aconseja enfocar en las diferencias corporales, en los tamaños, formas, colores y nombres, incluidos los de los órganos sexuales y reproductivos, y en reconocer que sus cuerpos son diferentes a los de los adultos, que cada persona es dueña de su cuerpo y que, por supuesto, nadie puede tocarlo. Una buena manera de sensibilizar en este tema es remarcar que las personas que los quieren siempre las/os harán sentir bien y seguros y que no puede significar cariño o amor lo que no es de su agrado. También deben saber que siempre pueden conversar con mamá o papá de ello.
Otro aspecto a abordar en estas edades es que resulta normal tocarse los órganos sexuales propios y que ello les cause placer. Y aunque muchas mamás y papás hayan luchado contra ello cada vez que cambiaban pañales, lo cierto es que el tocamiento de los órganos genera placer y conforme van creciendo se debe enfatizar que debe hacerse en privado. Y, por supuesto, queda en la cancha de las personas adultas respetar y erradicar temores y prejuicios.

Es imprescindible convertir los temas sexuales en algo cotidiano. Su abordaje adecuado, desde que son muy pequeños, será clave para que sus hijos e hijas puedan tomar sus propias decisiones.
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