El Ejército estadounidense pone fin este martes de manera formal las operaciones de combate en Irak, con lo que el presidente Barack Obama busca cumplir su promesa de concluir la guerra pese a la inestabilidad persistente en el país y a los ataques que dejan decenas de muertos.
En horario de máxima audiencia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hará hoy oficial esa retirada del frente en un discurso desde el Despacho Oval en el que evitará el triunfalismo debido a los problemas políticos y de seguridad en el país árabe.
El nivel de tropas estadounidenses fue reducido a 50.000 antes de la fecha clave del 31 de agosto en la guerra de siete años y medio iniciada por el predecesor de Obama, George W. Bush, cuyo objetivo declarado era destruir las armas de destrucción masiva de Irak. Armas que tras la invasión no fueron encontradas.
Las seis brigadas estadounidenses restantes concentrarán su atención en el entrenamiento y asesoría de la policía y las tropas iraquíes a medida que el Gobierno local vaya asumiendo las funciones de seguridad antes de un retiro total de las fuerzas de Estados Unidos para finales del próximo año.
"La historia no es acerca de 50.000 (efectivos). La historia es que seguiremos comprometidos con Irak, pero nuestro compromiso va a cambiar", declaró la semana pasada el saliente comandante militar de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general Raymond Odierno.
"Ya no se concentrará en el aspecto militar. Estamos construyendo una relación diferente con Irak, una concentrada en el desarrollo económico, una que esté concentrada en el desarrollo tecnológico, en el desarrollo político y el desarrollo cultural", agregó.
Obama prometió a los votantes cansados de la guerra que él sacaría a su país del conflicto iraquí. Hasta la fecha se ha gastado casi un billón de dólares y más de 4.400 soldados estadounidenses y 100.000 civiles iraquíes han perecido desde la invasión del 2003.
Biden, en Irak
El vicepresidente Joe Biden voló el lunes a Bagdad. Pese a la fecha en buena parte simbólica del martes fijada para el final de las operaciones de combate, los 50.000 soldados estadounidenses que se quedarán en Irak por otros 16 meses representan una fuerza formidable y bien equipada.
Las fuerzas de seguridad iraquíes ya han asumido el liderazgo de las operaciones de seguridad desde que un pacto bilateral entró en vigencia en el 2009. Los soldados estadounidenses se retiraron de las ciudades y pueblos iraquíes en junio del año pasado. Sin embargo, muchos iraquíes están molestos ante la reducción de la fuerza militar estadounidense.
Los líderes de Irak no han podido formar un nuevo Gobierno seis meses después de unas elecciones que muchos esperaban que determinaría el camino hacia la estabilidad del país.
La violencia ha caído fuertemente desde el punto más álgido del conflicto en el 2006 y el 2007, pero aún se registra una considerable cantidad de ataques.
Supuestos insurgentes ligados a Al Qaeda ejecutaron una serie de ataques antes del cambio en la misión del Ejército estadounidense, con el fin de minar la confianza en la policía y los soldados iraquíes.
Un terrorista suicida causó la muerte de 57 personas en un centro de reclutamiento el 17 de agosto y más de 60 personas perdieron la vida en ataques suicidas con coches bomba contra comisarías el 25 de agosto.
Las autoridades estadounidenses e iraquíes creen que los insurgentes están intentando fomentar las tensiones sectarias en medio del vacío político.